El diagnóstico oportuno y la atención temprana de la displasia del desarrollo de la cadera son de suma importancia para garantizar el bienestar de los bebés. Se trata de una enfermedad que sigue teniendo una importante incidencia, principalmente en niñas.
Esta condición significa una anormalidad en el desarrollo de la articulación de la cadera que, si no se detecta y trata a tiempo, puede llevar a problemas graves en la movilidad.
En el Estado, es urgente que se asegure un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, con un enfoque cuidadoso y protocolizado que involucre a profesionales de la salud, padres y cuidadores.
Hay información limitada en cuanto a la causal, pero el aspecto genético juega un papel importante en las teorías: Los papás que tienen o llegaron a tener una displasia de cadera, deberán proceder a tomar un ultrasonido a sus hijos antes de los tres meses, o bien, una radiografía después de los tres meses para descartar el padecimiento.
La Displasia del Desarrollo de la Cadera es más frecuente en el primer embarazo, o si la mamá cursó con oligohidramnios, es decir, poco líquido amniótico; o cuando el bebé viene en presentación pélvica (sentados) en este caso está debidamente ordenado tomar un ultrasonido para detectar si el bebé tendrá un problema de cadera en el futuro.
Del 73% de los casos con displasia el 67% son izquierdas y únicamente el 6% son derechas. El 27% restante se da en ambas caderas, es decir, bilateral. La displasia de cadera es la segunda causa de internamiento en los hospitales de ortopedia pediátrica sobre todo en México.