Propuse ante el pleno del Congreso, hacer un llamado a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) para que implemente acciones de atención y prevención respecto a los retos virales que son implementados en redes sociales.
Ya que, en su mayoría suelen ser peligrosos y afectar la salud e integridad de las personas que los realizan.
En mi exposición de motivos, contemplo que estos retos constituyen un verdadero riesgo dado el alcance que tienen las redes sociales, ya que consisten en imitar una acción que se graba con un dispositivo digital y se cuelga en alguna red social.
Luego las personas «nominan» a otras que conocen para que hagan lo mismo, de modo que en unas horas pueden existir miles de publicaciones sobre un mismo reto en Internet.
En Internet, el riesgo es que muchos de estos retos ponen en peligro la integridad física y/o psicológica de la persona.
En algunos casos no son conscientes de correr un riesgo y, como no existe supervisión por parte de personas adultas, participan.
En otros sí existe el conocimiento de un posible peligro, pero en contra de lo que se pueda pensar, eso les motiva más a la hora de participar al sentirse parte del grupo social (o por presiones de este) y, a mayores, sienten la emoción de realizar algo que no deberían.
Los retos virales pueden traer desde problemas psicológicos, al hablar sobre reglas de belleza que para algunas personas no son posibles de alcanzar por muchos y variados motivos, a poner en peligro su vida bien sea por ingesta de sustancias tóxicas, prácticas peligros como bajarse de un coche en marcha mientras se baila, o superar retos en el que incluso te piden que te suicides.
Los retos virales pueden cautivar a los adolescentes que de por sí tienden a ser impulsivos y sentirse atraídos por comportamientos que llaman la atención, especialmente en las redes sociales.
Algunos retos, como el reto del balde de agua helada para sensibilizar por la esclerosis lateral amiotrófica ELA (ALS, por sus siglas en inglés) pueden ser divertidos y hasta ser actividades positivas. Sin embargo, otros retos que aparecen en internet pueden ser peligrosos y pueden ocasionar daños permanentes.
Las redes sociales premian el comportamiento escandaloso, y entre más escandaloso, más se puede alardear. El ámbito de las redes sociales es trepidante e irreflexivo, y el miedo a perder es real para los adolescentes. Este ámbito posibilita la incapacidad del cerebro subdesarrollado de los adolescentes de pensar en las consecuencias de sus acciones.