El diputado local por el Distrito XXI, Ramírez, manifestó un rechazo firme a la reforma a la Ley de Aguas Nacionales aprobada la noche del 3 de diciembre, calificándola como una modificación acelerada, sin diálogo y con una visión autoritaria por parte de la mayoría legislativa. Señaló que el procedimiento violó principios constitucionales al omitirse la consulta obligatoria a los pueblos originarios, dejando fuera a quienes tienen derecho a decidir sobre su tierra, territorio y agua.
El legislador criticó que tampoco se escuchó al campo chihuahuense ni a los productores del país, actores esenciales para la seguridad alimentaria y quienes dependen del uso responsable del recurso hídrico. Añadió que la reforma fue dictaminada con más de 50 cambios de última hora, evidenciando —dijo— improvisación e incertidumbre sobre su alcance real. Ramírez alertó especialmente sobre la creación del Fondo de Reserva de Aguas Nacionales, cuya operación quedará sujeta a un reglamento posterior, lo que, advirtió, abre la puerta a la discrecionalidad, la corrupción y a decisiones sin controles ciudadanos.
Además, sostuvo que la reforma pone en riesgo la soberanía alimentaria al legislar sobre el agua sin escuchar a quienes diariamente la trabajan y protegen. Subrayó que el recurso no debe convertirse en un botín político ni ser utilizado como mecanismo de control. Finalmente, afirmó que se mantendrá en defensa de Chihuahua y del sector productivo ante cualquier intento de vulnerar el derecho humano al agua, asegurando que “¡Chihuahua no se va a quedar callado!”.