El segundo día del Foro UACJ:IA en el ámbito educativo sigue reuniendo a expertos de distintos campos del conocimiento para dialogar sobre las oportunidades y retos que plantea la inteligencia artificial (IA) en la vida académica y profesional.
Por la mañana en este foro se presentaron tres conferencias magistrales dirigidas en concreto a los docentes y estudiantes del Instituto de Ciencias Biomédicas, dirigido por la maestra Tania Dolores Hernández García, espacio que utilizaron para invitar a los asistentes a mirar más allá de la tecnología y considerar su impacto en la investigación, la docencia y la salud.
Herramientas digitales para potenciar el aprendizaje
El doctor Carlos Guillermo Gutiérrez Aguilar, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, compartió la conferencia GPTs para la evaluación de competencias en los estudiantes, donde resaltó que los profesores ya no tienen que limitarse a los métodos tradicionales, pues hoy existen modelos de lenguaje capaces de analizar documentos, generar referencias y responder preguntas de manera similar a un experto.
Mencionó herramientas de libre acceso como Perplexity, que ofrece respuestas con sustento científico, Elicit, que permite filtrar y resumir literatura académica, y Litmaps, útil para mapear artículos relacionados a una investigación.
Inteligencia artificial en la salud pública
La doctora Graciela González Hernández, del Cedars-Sinai Medical Center, habló sobre el aprovechamiento de datos del mundo real en la investigación médica.
Destacó que los historiales clínicos digitales, los sensores portátiles y hasta las opiniones compartidas en redes sociales pueden convertirse en insumos valiosos para la ciencia, siempre y cuando exista un plan riguroso de análisis.
La ética como eje de la innovación
La jornada cerró con la participación de la doctora María Elizabeth de los Ríos Uriarte, de la Universidad Anáhuac México, quien abordó las Consideraciones bioéticas en torno a la IA en el campo de las ciencias de la salud. Espacio que aprovechó para recordarle al público que la inteligencia artificial no es buena ni mala en sí misma, sino que su impacto depende del propósito con que se use.
Entre los beneficios mencionó diagnósticos más rápidos, prevención de riesgos y el desarrollo de nuevos fármacos. Sin embargo, también advirtió sobre dilemas como los sesgos en los algoritmos, la relación médico-paciente y la falta de claridad en torno a la responsabilidad de los diagnósticos asistidos por IA.