Los diputados federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) votaron en contra de la reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, presentada por el gobierno de Morena. La bancada priista argumenta que la propuesta centraliza las compras del gobierno, favorece el amiguismo y limita la participación de las pequeñas y medianas empresas (PYMES), lo que podría afectar gravemente la competitividad y la economía nacional.
Entre las razones principales del rechazo, los legisladores priistas destacan que la nueva ley otorgaría un excesivo control a una sola secretaría, sin ningún tipo de evaluación externa, lo que fomentaría prácticas de favoritismo en las contrataciones. Además, se excluye a entidades como PEMEX y la CFE, lo que permitiría compras opacas y una mayor discrecionalidad en la asignación de contratos. Asimismo, el sistema COMPRAnet sería reemplazado por un mecanismo de calidad inferior, beneficiando solo a ciertos proveedores cercanos al poder. Los diputados también subrayan que las pequeñas empresas enfrentarían barreras adicionales, dificultando su acceso a contratos gubernamentales y limitando sus oportunidades de crecimiento.
La postura del PRI fue respaldada por su dirigencia, encabezada por Alejandro Moreno, quien instruyó a su bancada a votar en contra de lo que califican como un retroceso para la transparencia y la competitividad. Los legisladores priistas expresaron su preocupación por un posible alineamiento de la oposición, como Movimiento Ciudadano, con Morena en esta reforma, lo que, según ellos, podría poner en riesgo el futuro económico del país.