En su reciente comunicado sobre la COP29, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reafirmó el compromiso de su país con la revolución de la energía limpia, subrayando que esta transición es irreversible. El mandatario destacó el acuerdo histórico de financiamiento climático para 2035, el cual busca apoyar a los países en desarrollo en su transición hacia economías más sostenibles. Este esfuerzo, que fomenta la innovación en energía limpia y vehículos eléctricos, refuerza el liderazgo de América del Norte en la lucha contra el cambio climático, una prioridad compartida con México.
A lo largo de los años, ambos países han trabajado de manera conjunta para enfrentar los retos ambientales y promover un desarrollo sostenible. Entre los proyectos más relevantes se encuentra el programa Kalan, que protege la Selva Maya en el sureste de México y está alineado con la meta nacional de conservar el 30% del territorio mexicano para 2030. Asimismo, la colaboración en la reducción de emisiones, respaldada por inversiones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y USAID, ha logrado importantes avances en la reducción de emisiones de metano y la generación de créditos de carbono, los cuales benefician a las comunidades locales y contribuyen a la sostenibilidad económica.
La electromovilidad es otro pilar de la cooperación entre México y Estados Unidos, destacando proyectos en Sonora y Arizona para la producción de vehículos eléctricos y baterías, lo que promueve la creación de empleos verdes en la región. En Yucatán, el apoyo de USAID para el desarrollo de rutas de autobuses eléctricos en el sistema de transporte urbano es un claro ejemplo del esfuerzo por crear infraestructuras sostenibles. Estos proyectos, junto con iniciativas de emprendimiento y la integración del sector privado, reflejan un compromiso compartido entre ambos países para limitar el calentamiento global y avanzar hacia una economía verde, fortaleciendo el legado cultural y económico de México y Centroamérica.